8 ago 2017

LA EXPERIENCIA SEGÚN FICHTE.


Johan Gottlieb Fitche aporto para la discusión filosófica su gran "Doctrina de la Ciencia". 
en ella se plantea ¿cuál es el principio de todo saber? ¿cuál es el fundamento de la experiencia? Fitche quiere encontrar un sistema en la cual todo se deduzca de un principio y todo sirva para resolver tales preguntas; a diferencia de Enmanuel Kant que se planteó un problema diferente: ¿cuáles son las condiciones de la experiencia posible?.

          Para Fitche la experiencia es la conciencia natural y el fundamento de la misma debe estar fuera de la experiencia, pero para llegar a ella hay que recurrir a la abstracción, separar lo que aparece unido en toda experiencia: la cosa (objeto) y la inteligencia cognoscitiva, partiendo de esto, se puede llegar a la doctrina de las cosas en sí (dogmatismo) o a la doctrina de la inteligencia en sí (idealismo).
Fitche se decide por el idealismo, pues cree imposible que la inteligencia, el yo, haya salido de un mundo sin espíritu, de un mundo de puras cosas; toda nuestra conciencia del mundo debe reducirse de nuestra inteligencia. Para Fitche la filosofía no es algo hecho, ni dado, todo debe ser construido y comprendido, es un devenir espiritual, la verdadera realidad es el Bien, la Razón agente, la Voluntad pura y el Yo moral, pero la gente común lo que cree real es solo fenómeno, manifestación, retrato o caricatura. 
El principio último y supremo del hombre es EL DEBER, es un ideal que no existe; pero que debe existir. El ser, lo que llamamos sustancia o materia es solo una apariencia porque el universo es el fenómeno de la VOLUNTAD pura (el querer, desear) el símbolo de la idea moral, que es la verdadera cosa en sí, el verdadero absoluto. 

El conocimiento no es ni en totalidad ni en parte el producto de la sensación: es obra exclusiva, creación del yo. La filosofía verdadera es el idealismo y el método es la síntesis a priori.
El pensamiento especulativo es un acto espontáneo de la energía creadora del hombre, mediante el entendimiento el yo se crea a sí mismo, afirma el no yo (el objeto) y limita al yo y al no-yo (mundo objetivo). El mundo sensible parece ser algo que existe fuera del sujeto que lo percibe y lo piensa; esto es una ilusión. El mundo objetivo existe pero por la actividad del sujeto, por una necesidad interna: no podemos pensar, sin pensar en un objeto; no podemos percibir, sin afirmar la existencia de algo que no somos nosotros. 
El mundo fenomenal nos tiene presos, no podemos escapar al determinismo de los hechos, la autonomía de la razón es un ideal que el yo persigue sin alcanzarla jamás; la libertad es un principio supremo.

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