Rousseau coincide con Pascal respecto a las formas tradicionales y convencionales de la vida del hombre en sociedad. Es el primer pensador del siglo XVIII que recoge con seriedad la lamentación de Pascal y que la siente en toda su fuerza, en lugar de paliar, en vez de atribuirle, como Voltaire, al humor atormentado de un caviloso misántropo, penetra concienzudamente en el tema.
La descripción que ofrece de la grandeza y de la miseria de los hombres se reproduce, rasgo por rasgo, en sus primeros escritos. En las lentejuelas brillantes con que la cultura ha adornado al hombre no ve más que apariencia y frivolidad; afirma además que esta riqueza no tiene otro sentido que distraer al hombre de su propia miseria. El hombre se refugia en el mundo, en la sociedad, en un cúmulo de ocupaciones y diversiones dispares, porque no puede soportar el estar consigo mismo, resistir el mirarse a sí mismo. Todo este sufrimiento sin sosiego y sin fin procede del temor al reposo, porque si permaneciera, aunque solo fuera un instante, en su estado para tomar conciencia verdadera de él, para conocerse como lo que es, se vería entregado a la desesperación más profunda y sin remedio.
Para Rousseau dentro de la sociedad no existe una ética natural, ninguna voluntad de comunidad como un todo verdadero y auténtico, ni tan siquiera una compasión natural, un instinto de simpatía que vincule a uno con los demás. Toda conexión se funda en una pura ilusión. Amor propio y vanidad, empeño por dominar a los demás y destacar, son los ganchos que sostienen la sociedad de los hombres. Nadie se preocupa por la realidad, todos empeñan su ser por la apariencia; viven en ella como esclavos y bufones de su amor propio, no para vivir, sino para hacer creer a los demás que han vivido.
Pero Rousseau se aparta de Pascal respecto al origen de esta perversión humana, la idea del pecado original ha perdido toda fuerza y vigencia para él y es aquí donde declara la ruptura con la doctrina eclesiástica; para Rousseau es la misma sociedad que corrompe al individuo; esta teoría tiene una significación histórica por haber creado un nuevo sujeto de imputación, que no es el hombre individual, sino la sociedad humana. La sociedad convierte al hombre en tirano de la naturaleza y de sí mismo, despierta necesidades y pasiones que no conocía el hombre natural y le proporciona siempre medios nuevos para satisfacerlas sin límites ni reservas.
Es así que Rousseau planeta por primera vez en el pensamiento filosófico el problema por encima de la esfera individual y lo orienta de una manera cierta y expresa hacia el ser social y es aquí donde busca resolver definitivamente la cuestión del sentido auténtico de la existencia humana, de su felicidad y su miseria. Esta solución elaborada conforme a su pensamiento e ideas filosóficas y políticas, es plasmada en su obra cumbre "El Contrato Social".
"me dí cuenta que todo depende radicalmente del arte política y que sea cualquiera la postura en que nos coloquemos, cada pueblo no será más que aquello que haga de él su forma de estado." (Rousseau - Confesiones)
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