En el período Neolítico el hombre empieza la gran hazaña revolucionaria que hasta el día de hoy sigue en marcha, es que en este período el hombre por fín empieza a intervenir en la naturaleza, transformándola, con el desarrollo de la agricultura y ganadería.
A consecuencia de ello la sociedad incipiente, evoluciona, aunque aún no se concibe la propiedad privada ni existen leyes, todo se maneja por las costumbres y tradiciones.
¿En qué consistían estas tradiciones o costumbres? Pues en aquellos tiempos el hombre creía que los fenómenos ocurridos en la naturaleza, ya sea la lluvia, un rayo, las sequías, etc, eran producidos por la voluntad de SERES SOBRENATURALES ya sea espíritus, demonios o dioses. Es así que creían que para poder cazar animales o para que la cosecha sea buena tenían que rendir tributo a la naturaleza y les urgía apaciguar a los dioses que gobernaban el mundo, mediante rituales mágicos a fin de poder ganarse el cariño y beneficio de estos dioses. Todo servía para defenderse de ese ambiente hostil. Con el transcurso del tiempo estos rituales mágicos de ofrenda y tributos se convirtieron en Religión.
¿Para qué servía la religión? Se puede decir entonces que milenio tras milenio, el hombre adapta sus creencias y sus ritos a sus necesidades con un solo objetivo: obtener seguridad en su existencia precaria y consuelo ante situaciones catastróficas e imprevisibles .
Es así que las primeras religiones aparecieron en la región que se extiende desde el Mar Mediterráneo a través del Cercano Oriente y la India, hasta China y Japón; precisamente en los territorios donde nacieron y florecieron las llamadas grandes culturas. Entre ellas tenemos al Brahmanismo (India), Sintoísmo (Japón), Budísmo (India), Confucianismo (China), Lamaísmo (Tibet), Zorotraísmo (Persia), el Judaísmo (Palestina) y el Islamismo (Arabia Saudita).
El Cristianismo apareció entre los siglos 14 y 37 a mediados del gobierno del emperador romano Tiberio, surgió de la secta de los Esenios de la religión Judía y tomó como dogmas diversas ideas contenidas en las enseñanzas de sectas y grupos religiosos existentes en aquella época. Existe el Documento de Damasco que es más antiguo que los evangelios del Nuevo testamento por lo que hay que reconocer que las enseñanzas y dogmas sostenidas en el nuevo testamento (la resurrección, juicio final, fin del mundo), estaban ya difundidas entre los judíos antes de que el Cristianismo se desarrollará como tal en forma independiente.
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