28 abr 2017

LA INJUSTA EDAD MEDIA.



Siempre el estudio de la Edad Media ha resultado fascinante desde todo punto de vista, fue una época donde todos los sucesos se exteriorizan en formas mucho más pronunciadas que ahora; las experiencias de la vida conservaban esa espontaneidad y ese carácter de absoluto que actualmente solo lo tienen los niños. Los grandes acontecimientos de la vida como el nacimiento, el matrimonio, la muerte estaban insertos en un misterio divino. A todo suceso cotidiano se le acompañaba con ceremonias y formalidades.
Así también la miseria y la necesidad eran más agresivas y dolorosas, no existía paliativos y la riqueza era gozada con más intensidad que ahora. En aquella época se podía ver a los leprosos haciendo sonar sus carracas y marchando en procesión; a los mendigos gimoteando en las iglesias y exhibiendo sus deformidades. El traje era importante para distinguir y reconocer la clase que cada persona ostentaba dentro de la ciudad.

Las ciudades se erguían dentro de muros y agudas torres pero claro, era la iglesia la que dominaba con sus eminentes pétreas la silueta de la ciudad. Una característica singular de estas ciudades del medioevo era el sonido que dominaba una y otra vez el rumor de la vida diaria: las campanas, todo acto de alegría, pena, reposo, agitación y en general era convocada mediante las campanas; el pueblo sabía lo que significaba el tocarlas y el repicarlas. También las procesiones tenían un efecto hondamente conmovedor y eran cotidianas cuando el pueblo sufría alguna amenaza exterior, todos marchaban descalzos y con el estómago vacío. Asimismo las ejecuciones capitales (decapitaciones) se realizaban con frecuencia.  Cuando se trataba que el ejecutado era algún gran señor, el pueblo gozaba de la satisfacción del rigor de la justicia. 

Las predicaciones de los misioneros era habitual en la Edad Media, representaba el poderoso efecto de la palabra hablada sobre un espíritu ingenuo e ignorante, cuando se predicaba sobre el juicio final y las penas del infierno o de los dolores del salvador todos los oyentes rompían en gran llanto que se necesitaba varios minutos para calmar el llanto a la audiencia. Hasta pareciera que llorar en público en aquella época era distinguido y bello. 

El análisis de la Edad Media nos deja en claro el contraste directo que existía entre la crueldad y la misericordia en el comportamiento del pueblo, tanto en las costumbres como en la administración de justicia, por ejemplo, el gusto por las ejecuciones iba siempre acompañado por una sensación de justicia y por otro lado estaba la burla cruel y la alegría por la desgracia de los míseros, en aquella época era compatible el olor de la sangre con el de las rosas.  El hombre de la edad media vive entre los extremos de la negación absoluta de toda alegría terrenal y un afán insensato de riqueza y de goce. Por otro lado estaban los cristianos que solo encontraban explicación de tan nefastos acontecimientos en el castigo de un Dios irritado al que había que apaciguar con urgencia. 

No cabe duda que el estudio de la Edad Media se encuentra colmada de acontecimientos producto de guerras y latrocinios, carestía, miseria y pestilencias, Es un mundo malo. El fuego del odio y la violencia se eleva en altas llamaradas. La injusticia es poderosa. 

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