30 nov 2017

EXTRAORDINARIO ESPÍRITU GRIEGO.

Toda religión busca una explicación del universo, pretende ser la verdad, la única verdad y así apoderarse del hombre entero como dueña de toda su vida espiritual, pero una excepción a este tipo de religión se dio con los griegos, pues ningún otro pueblo manifestó un gran equilibrio entre la fantasía y el entendimiento; en ellos no hay creación desde la nada, simplemente transición a partir del caos hacía un orden universal del cosmos y por ello entre los hombres y sus dioses no existe ningún abismo insuperable y no existe más revelación que la naturaleza.
El gran Homero podría ser considerado el fundador de la "religión Griega", conjuntamente con Hesíodo, pero no llegaron a tanto por cuanto ambos solo fueron quienes pusieron orden en la fabulosa multiplicidad de las divinidades religiosas y de los usos religiosos en la antigua Grecia.

Homero no inventó Dioses pero sus obras están sumergidas absolutamente en su creencia nacional, los uso para sus fines poéticos y para su aristocrático público; ya que la religión de los dioses olímpicos fue religión de la nobleza jónica y por tanto Zeus y demás dioses eran representaciones palpables de la monarquía arcaica. Homero tenía una aspiración, dotar a los dioses del olimpo de orden y dotar a toda esa pluralidad de divinidades de una unidad, por ello en su obra nos habla de la MOIRA (destino) que la sitúa por encima de Zeus y representa la inviolable ley del mundo a la que tiene que someterse incluso el dios supremo, ahí es donde encontramos el primer elemento racional a la "religión griega"
En el tiempo en que se origina los poemas homéricos (900 y 700 a.c.) los griegos ya habían superado la fase primitiva de la religión, esto es, el fetichismo, la magia  y el totemismo así mismo ya no se veneraban a las divinidades subterráneas, habían sido desterradas al Hades incluso el culto a las almas y muertos ya no eran cotidianos. 


En la religión Homérica ya no hay temor a los dioses, el hombre homérico se yergue libre y enhiesto frente a sus dioses, no hay miedo a los fantasmas y a la muerte. Esta rotunda separación entre el mundo de los vivos y de los muertos está conectado con una modificación en las costumbres funerarias, esto es, la sustitución de la inhumación por la incineración. La muerte es considerada como un fenómeno natural al igual que el sueño.
El hombre homérico esta consciente de que la única vida real es la vida en la tierra a pesar de que esto represente un gran problema precisamente porque la vida es tan hermosa pero es lamentable su brevedad, la vida es fugaz y esto disminuye su valor, la vida esconde mucha desgracia para el hombre que la experimenta conscientemente y por ello es el que más sufre: "de todo lo que se agita y respira en la tierra, no hay ser más digno de lástima que el hombre"
Pero ¿de dónde vienen los males? el hombre heleno no conoce a ningún satanás y por ello atribuye el bien y el mal a los dioses. Aunque en la Odisea Homero manifiesta una vacilación y atribuye la causa del mal a la misma voluntad del hombre, admitiendo así la posibilidad de que la acción humana discrepe con el propio destino y con la voluntad de los dioses. 
Tenemos aquí el primer intento de una teodicea; es decir, una justificación de la divinidad ante el mal y lo malo que efectivamente se da en el mundo. Esta tendencia nos lleva al terreno de la ética, lo que llamamos moral es para el hombre homérico un saber, el hombre homérico sabe sobre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo honesto o lo deshonesto y por ello la conducta adecuada para el griego, es la prudencia.

Esta idea de dependencia del comportamiento humano respecto del conocimiento del saber (de lo que es correcto e incorrecto) es la que sirvió de base a los grandes pensadores griegos, aquel que conoce el bien, lo debe hacer, y es ahí donde radica la sabiduría. Y es así que la religión griega tradicional empieza a entrar en contradicción con una nueva corriente: la filosofía, y esta le cuestiona al mito el tema de la verdad y deja en claro que la fantasía gráfica e imaginativa del mito no coincide con la realidad.
 Aunque el modo de representación mítico religioso persiste entre la masa de la población hasta fines de la antigüedad en la clase alta culta y dominante, la filosofía se convierte en sustituto de la religión. Así mientras otros pueblos tienen santos y profetas el hombre griego tiene sabios, maestros de la sabiduría gnómica, acuñan las experiencias de la vida práctica a consejos o exhortaciones que se graban en la memoria (conócete a ti mismo; sé honesto) y así la filosofía se convierte en el arte de dominar la vida y su tarea es el dominio del mundo por el conocimiento; hasta que llega una nueva religión y la hace sucumbír ante ella: el cristianismo.











20 nov 2017

NACIDO PARA LO DEMONÍACO.

Hay quienes viven arrebatados a su mismo ser por una fuerza todopoderosa, en cierto modo extrahumana, son arrojados a un desgraciado remolino de pasión. Estas personas acaban demasiado pronto su vida, con el alma deshecha y un mortal agotamiento de los sentidos; quizás acaban locos o suicidas; suelen pasar por la vida como un rápido y brillante meteoro, extraños a su época, incomprendidos por su generación y se hunden luego en la sigilosa noche de su misión. Ignoran hacia dónde van; salen del infinito para sumergirse nuevamente en el infinito y, de paso, rozan apenas el mundo real. Los domina una fuerza superior a su propia voluntad, una fuerza nada humana, a la que se sienten encadenados. Su voluntad no cuenta: llenos de angustia, ellos mismos lo reconocen en instantes de clarividencia. Son esclavos. Son posesos, en todo el sentido de la palabra, del poder demoníaco. 
Considerado lo demoníaco como la inquietud, esencial e innata en todo ser humano, que le separa de sí y le arrastra al infinito, hacia lo elemental. Es como si la naturaleza hubiese dejado subsistir una pequeña parte del caos primitivo en cada alma y esa parte se esforzará pasionalmente en retornar al elemento de que salió: lo suprahumano, lo abstracto. Dentro de nosotros, el demonio es el fermento atormentador e inquieto, que impulsa al ser, casi siempre tranquilo, a todo lo que es peligro; exceso, éxtasis, renunciación y hasta anulación de sí.
La mayoría, el hombre medio, absorbe y agota muy pronto esa peligrosa y magnífica levadura del alma; sólo en momentos aislados, en la crisis de la pubertad o en los segundos, en que por amor o por simple instinto sexual el mundo interno entra en orgasmo, solamente entonces, reina ese misterioso poder que sale de lo íntimo, como una fuerza de gravitación fatal. El hombre prudente, limitado, destruye esa presión extraña, la cloroformiza mediante el orden. En todo hombre superior y, sobre todo, en los espíritus creadores, se agita una inquietud que los hace avanzar siempre, disconformes con su obra. Esta inquietud se encuentra en todo corazón elevado que se atormenta; es como un espíritu convulso que se expande en el propio ser como una aspiración hacia el cosmos.
Todo lo que nos eleva por sobre nosotros mismos y por sobre nuestros intereses personales y, llenos de inquietud, nos lleva a peligrosos interrogantes, debemos agradecer a esta cuota demoníaca que todos tenemos en lo más íntimo. Más ese demonio interior que nos eleva, es una fuerza favorable, si logramos dominarlo; el peligro comienza cuando la tensión desarrollada se convierte en hipertensión, en exaltación, es decir, cuando el espíritu se vuelca en el torbellino volcánico del demonio, porque ese demonio no logra su elemento cabal que es la inmensidad, sino destruyendo todo lo que tiene límites, todo lo terrenal y finito, y el cuerpo que lo encierra, se ensancha un instante, pero acaba por estallar a causa de la presión interior.
Es así como se apodera de los que no saben domarlo a tiempo y llena en primer lugar a las naturalezas demoníacas de inquietud terrible y luego, con sus manos todopoderosas, les quita la voluntad y así, arrastrados como nave sin timón, se precipitan contra los escollos de la fatalidad. La inquietud es siempre el primer síntoma de esa fuerza demoníaca: inquietud en la sangre, en los nervios, en el espíritu. En torno del poseso ruge siempre un viento peligroso de tempestad y sobre él se cierne un cielo siniestro, tormentoso, trágico, fatal.
Todos los espíritus rebeldes caen indefectiblemente en el combate con su demonio y ese combate es siempre épico, ardiente y magnífico. Muchos sucumben en esos abrazos de fuego; se entregan a esa fuerza poderosa y se dejan permear, dichosamente, para ser inundados con el licor que fecunda. Otros lo dominan con su voluntad viril y a menudo el abrazo de esta amorosa lucha dura toda una vida. Pues bien, en el rebelde esta lucha heroica y valiente aparece visiblemente en él y en su comportamiento; en lo que crea, vive y palpita, llena de cálido aliento, la sensual vibración de esa noche de bodas espiritual con el eterno seductor.
Únicamente quien crea algo, puede trasladar su lucha demoníaca, desde los tenebrosos pliegues del sentimiento a la luz del día, al idioma. Más es en los que caen en esta lucha, donde podemos ver más claros los rasgos de pasión de la misma y, sobre todo, en el tipo del poeta arrebatado por el demonio; pues cuando el demonio domina, amo y señor, en el alma de un poeta, se alza como llamarada un arte característico: hecho de embriaguez, de exaltación, de creación afiebrada; arte espasmódico que arrolla el alma; arte explosivo, inquieto, de orgía y ebriedad, el sagrado frenesí que los griegos denominaron manía y que existe solamente en lo profético.
El primer distintivo de este arte es lo ilimitado, lo superlativo; deseo de superación e ímpetu hacia la inmensidad, que es la meta del demonio, porque allí está su elemento, el mundo de donde saliera. Hölderlin, Kleist y Nietzsche son tres Prometeos que se lanzan llenos de vehemencia contra las fronteras de la vida, la que, rebelde, destroza los moldes y en el furor del éxtasis concluye por destruirse a sí misma. En su mirada brilló la mirada del demonio, que habló por su boca. Sí, es el demonio quien habla a través de sus labios, desde su cuerpo en ruinas y su espíritu agotado.
Nunca es dado ver con más clara evidencia al demonio huésped de su ser, que si es posible atisbar a través de su espíritu destrozado por el tormento, crispado por el dolor horrible, y es por esas desgarraduras por donde se ven las tenebrosas tortuosidades en que se oculta el huésped maldito. A través de esos tres personajes se percibe de inmediato la terrible fuerza del demonio, que estuviera hasta entonces casi escondida. Y esto acontece justamente en el instante en que su alma es vencida.
No hay arte verdadero que no sea demoníaco y no tenga su nacimiento, aunque apenas como un murmullo, en lo ultraterrena. Quien lo afirmó de manera recia y rotunda fue Goethe, el enemigo más representativo de la fuerza demoníaca, que siempre se mantuvo a la defensa contra esa fuerza. No existe arte verdadero sin la inspiración y ésta llega imponderablemente del misterio del más allá y se halla por sobre nuestro saber, espíritu arrastrado o impulsado fuera de sí por su propio exceso, fuerza demoníaca, magnífico poder de creación, ignora una dirección determinada y sólo mira al infinito o al caos de donde viene. 

Aquél que cae en las garras firmes del demonio, está arrancado a la realidad. Ninguno de ellos tiene mujer o hijos, ninguno tiene hogar o bienes; ninguno posee un medio de vida fijo, una profesión o un empleo. Nómadas por naturaleza, vagabundos eternos, ajenos a todo, raros y vilipendiados, su existencia es por entero anónima. Nada poseen sobre la tierra. En ningún sitio echan raíces; el amor no puede atarlos con vínculos duraderos: así acontece con los que hallaron como compañero de su vida al demonio. Frágiles son sus amistades, inestables sus situaciones, poco remunerador su trabajo: se encuentran en el vacío, que les rodea por doquiera. Su existencia se parece un poco a un meteoro, a una estrella errátil que cae eternamente.

11 nov 2017

GUERRA DE SEXOS.

Según el Darwinismo la diferencia sexual entre las especies es un rasgo fundamental para la evolución. Es un hecho biológico que la gran mayoría de las especies de la Tierra se reproducen sexualmente, y esta forma de reproducción se viene haciendo desde hace más de 1.000 millones de años. Está claro que el sexo debe ofrecer alguna ventaja evolutiva que compense con creces su costo. Aunque todavía no sepamos con certeza cuál es esa ventaja. Otra respuesta que buscan los biólogos es saber ¿por qué hay sólo dos sexos (y no tres o más) que tengan que combinar sus genes para producir descendencia?; ¿Por qué los dos sexos tienen un número desigual de gametos de diferente tamaño? (los machos producen un montón de espermatozoides mientras que las hembras producen un número menor de óvulos de mayor tamaño). 
Un macho produce grandes cantidades de espermatozoides, y por lo tanto en principio podría ser el padre de un gran número de descendientes, limitado únicamente por el número de hembras que pueda atraer y por la capacidad competitiva de sus espermatozoides. Para las hembras, en cambio, las cosas son distintas. Los óvulos son costosos y están en número limitado, y si una hembra se aparea muchas veces en un corto periodo de tiempo, es poco (o nada) lo que hace para aumentar el número de descendientes. Una demostración muy vistosa de esta diferencia se puede ver en el número récord de hijos de un hombre o de una mujer. Según El Libro Guinness de los récords, el número mayor de hijos de una mujer es de 69 y lo ostenta una campesina rusa del siglo xix que en los veintisiete embarazos que tuvo entre 1725 y 1745, alumbró mellizos dieciséis veces, trillizos siete veces y cuatrillizos cuatro veces. (Presuntamente tenía alguna predisposición fisiológica o genética a los embarazos múltiples.) Uno compadece a esta esforzada mujer, pero su récord es superado en mucho por el récord de un hombre, un tal Muley Ismael (1646-1727), emperador de Marruecos. Ismail fue padre, según nos dice el Guinness, de 342 hijas y 525 hijos.

La diferencia evolutiva entre machos y hembras es una cuestión de inversión diferencial: inversión en huevos caros frente a espermatozoides baratos, inversión en la gestación (cuando las hembras retienen y nutren los huevos fecundados), e inversión en el cuidado parental en las muchas especies en las que la hembra es la única que cría a los jóvenes. Para los machos, aparearse es barato; para las hembras es caro. Para los machos, el apareamiento sólo cuesta una pequeña dosis de esperma; para las hembras, cuesta mucho más: la producción de óvulos grandes y ricos en nutrientes y, con frecuencia, un enorme gasto de tiempo y energía. En más del 90 por ciento de las especies de mamíferos, la única inversión del macho en la descendencia es el esperma, pues son las hembras las que proporcionan el cuidado parental.
Esta asimetría entre machos y hembras en el número potencial de apareamientos y descendientes conduce a conflictos de intereses en el momento de escoger una pareja.
Los machos tienen poco que perder apareándose con una hembra por debajo de la media por ejemplo, una que sea débil o esté enferma) porque no les cuesta cada nada aparearse otra vez, y así las veces que haga falta. Por tanto, la selección favorecerá los genes que hagan machos promiscuos que intentan aparearse con todas las hembras que puedan.

Las hembras son distintas. A causa de su mayor inversión en huevos y descendientes, su mejor táctica consiste en ser exigentes en lugar de promiscuas. Las hembras tienen que conseguir que cada oportunidad cuente eligiendo al mejor padre posible para fecundar su limitado número de huevos. Por eso tienen que inspeccionar- muy de cerca a sus pretendientes.
El resultado de todo esto es que, por lo general, los machos tienen que competir por las hembras. Los machos deberían ser promiscuos, las hembras recatadas. La vida de un macho debería ser de conflicto constante con sus iguales, siempre compitiendo con los otros machos por las parejas. Los buenos machos, más atractivos o más vigorosos, se llevarán siempre un gran número de parejas (presuntamente serán preferidos también por más hembras), mientras que los inferiores se quedarán sin aparearse. Casi todas las hembras, en cambio, acabarán por encontrar pareja. Como todos los machos compiten por ellas, su distribución de éxito de apareamiento será más uniforme.

La diferencia entre machos y hembras en el número potencial de descendientes impulsa la evolución tanto de la competencia entre machos como de la elección por las hembras. Los machos tienen que competir para fecundar un número limitado de huevos. Por eso vemos la competencia directa entre machos para dejar sus genes a la siguiente generación. Y esa es también la razón de que los machos sean vistosos, vigorosos y atractivos, de que realicen exhibiciones, o emitan canciones de apareamiento. 


Naturalmente, hay excepciones. Algunas especies son monógamas, y tanto el macho como la hembra realizan los cuidados parentales. La evolución puede favorecer la monogamia si los machos tienen más descendientes ayudando a cuidar a las crías que si abandonan a su descendencia para buscar otras parejas. En muchas aves, por ejemplo, se necesitan los dos progenitores a tiempo completos: cuando uno sale a aprovisionarse, el otro incuba los huevos. Pero las especies monógamas no son muy comunes en la naturaleza. Solo un 2 por ciento de todas las especies de mamíferos, por ejemplo, sigue este sistema de apareamiento.

3 nov 2017

¿BESTIALIDAD O DELIBERACIÓN?

Dos grandes e importantes movimientos filosóficos culturales fueron La Ilustración (movimiento cultural que se originó en Inglaterra a mediados del Siglo XVIII) y El Romanticismo (que nació en Alemania para contrarrestar a la Ilustración a finales del Siglo XVIII). Ambos movimientos tuvieron una forma peculiar en el modo global de ver el mundo y precísamente esto, los enfrenta radicalmente.

* Un primer tema contradictorio entre ambas corrientes es el correspondiente a la vinculación del hombre y la naturaleza. Es muy conocido que para la Ilustración, la razón es valorada como la facultad humana que escinde radicalmente al hombre de la naturaleza y que evita la sujeción a los instintos que domina en el mundo animal. Solo la razón hace posible la libertad  y una finalidad estrictamente humana en la historia, rompiendo con el determinismo de las leyes físico naturales. Por el contrario, para el Romanticismo, la naturalidad del hombre y de su razón permiten pensar la especie humana en estricta continuidad con una misma legalidad natural que todo lo gobierna, no escinde lo humano de lo natural. La Ilustración privilegia como objetivo de su estudio lo humano y lo racional a diferencia de los Románticos postula el monismo y el estudio de lo humano y naturaleza.
* Una segunda disputa entre Ilustración y Romanticismo se da en el campo político social, la Ilustración define a las relaciones sociales desde una perspectiva jurídica y considera al Estado como una construcción que necesariamente ha de romper con el estado de naturaleza ya que presuponen el privilegio de lo racional por encima de lo natural, sentimental e intuitivo. El liberalismo individualista interpreta a la sociedad como una agrupación voluntaria de los hombres a partir del cálculo racional maximizador de sus intereses y el Estado se produce y es impulsado básicamente por la necesidad evaluada racionalmente para evitar los inconvenientes el estado de naturaleza. 
El Romanticismo en cambio, define las relaciones sociales a partir de las relaciones naturales, biológicas, lingüísticas y de sangre, privilegian al pueblo por encima del Estado y de toda organización jurídica. Una sociedad sana es aquella donde prima una lengua natural y una tradición de vida en común.
Es un esquema de sociedad bajo la visión de la Ilustración, el Derecho viene a ser la expresión privilegiada de toda la complejidad social y sólo a través de su perfeccionamiento y racionalización se pueden evitar los terribles conflictos sociales.

La concepción ilustrada de la Naturaleza no incluye la historicidad como una de sus características, por cuanto la Naturaleza carece de dinamicidad, le otorgan una concepción sustancial, quieta, sin cambio sin auténtico movimiento, fosilizada eternamente, sin evolución y desarrollo en el tiempo. La Naturaleza es constante, permanente y regular. Aceptan que dentro de ella existe el movimiento, pues los fenómenos y las cosas cambian pero la naturaleza misma no cambia, no evoluciona, no está marcada por la historicidad. Así las leyes físicas y biológicas son eternas y constantes, no evolucionan por ello se dice que la Naturaleza Ilustrada está marcada por el llamado "eterno retorno de lo mismo".
La Ilustración introduce en la historia un desarrollo ideológico en función de la idea de progreso, pero que afecta exclusivamente al mundo humano, al ámbito de las instituciones político culturales. Solo la humanidad escapa del eterno retorno y se abre a la perspectiva de la idea de progreso. Es así que la humanidad rompe con el determinismo y se abre a un proceso de evolución y esto sirve básicamente para impulsar a la humanidad a desarrollar plenamente su capacidad de racionalidad, ilustración y libertad rompiendo con su animalidad más instintiva y corporal, debiendo controlar racionalmente lo sentimental, pasional y emotivo, eso es progreso ilustrado. 
Los Románticos defienden el desarrollo natural y espontáneo de la Naturaleza. El mismo Dios de la Naturaleza es el que rige la historia. La Naturaleza es viva que se transforma a sí misma desde el estado inerte al estado vivo y se perpetúa a sí misma en la historia. Hay historia porque la naturaleza es dinámica y, por tanto, el progreso atraviesa e incluye toda la Naturaleza.
                                                                                                                                 
 Immanuel Kant y Johann Gottfried Herder son representantes de La Ilustración y del Romanticismo respectivamente, a fin de ejemplificar las posiciones anteriores podemos decir que para Kant el progreso político es necesario y condición sine qua non del progreso moral. La moralidad no es un impulso natural es el resultado del influjo de la razón liberada de los instintos. Kant considera mucho más extendido en la humanidad el instinto individualista del egoísmo contra el cual lucha la razón tanto por interés como por sus imperativos morales. La razón debe dominar el instinto egoísta con la ayuda externa de una práctica continuada de moralidad pública, justicia, sociabilidad y razón.

Para Herder la política y las instituciones son añadidos artificiales a la moralidad espontánea y natural en la humanidad. Herder desconfía de la educación y moralización "artificial" que se da en la sociedad. Confía en las personas y en sus relaciones espontáneas dotadas por una fuerza de perfeccionamiento que la Naturaleza o Dios ha dotado a las personas y considera que si hay progreso moral en la historia es porque también lo hay en el conjunto de la Naturaleza.












1 nov 2017

LA LÓGICA DE RUSSELL.

Para Bertrand Russell la razón es la única forma válida de abordar la realidad, porque la razón progresa por medio de demostración lógica y llega a certezas y, es la ciencia la que debe aplicarla en su procedimiento a fin de ofrecer un conocimiento fiable del mundo.
La física es la ciencia encargada de explicar racionalmente la naturaleza y lo hace apoyándose en las matemáticas. Pero surgen aquí las preguntas que se hace Russell ¿las matemáticas en qué se apoyan? en axiomas, es decir, en principios indemostrables que adoptamos como verdaderos; y a partir de ellos podemos deducir otras verdades. Pero, entonces, ¿qué tiene finalmente de racional la matemática si necesita postulados que no somete a la demostración lógica? De esta forma Russell había dado con el problema fundamental del conocimiento racional: el problema de su propia fundamentación. 

 Mientras estudiaba matemáticas en Cambridge buscaba encontrar en ella el fundamento de la verdad, pero, las matemáticas no eran del todo lógicas, porque contenían afirmaciones no demostradas. Entonces ¿qué saber se pregunta por la naturaleza de la verdad, de la verdad matemática o de cualquier otro tipo? creyó encontrar la respuesta en la Filosofía.
Pero de nuevo encuentra dudas: los filósofos se contradicen entre sí, existen demasiadas teorías para un mismo problema: los platónicos, los aristotélicos, los cartesianos, los empiristas etc.
Russell intentaba encontrar un lenguaje lógicamente preciso, un similar al Euclides de la filosofía y, en esa búsqueda, halla a Leibniz, el gran filósofo y matemático racionalista alemán, quien creía haber dado con un cálculo lógico que le permitiría clarificar todo el saber. Leibniz nos ofrece una lista de principios (principio de identidad, principio de razón suficiente, principio de no contradicción, etc) a partir de los cuales - en opinión de Leibniz - cabría pensar con propiedad. Es en ese momento es que Russell encontró su verdadero camino: la lógica. 
La obsesión de Russell no era dar con la verdad sino hallar el fundamento de lo verdadero, buscaba encontrar el camino seguro que nos conduzca a la verdad y este debe surgir de la certeza y de la seguridad, y ese camino para Russell es la Lógica.
La Filosofía de Russell encuadra en el contexto histórico y filosófico de la llamada filosofía analítica cuya característica principal fue el "giro lingüístico" es decir, el centro de la reflexión filosófica es el lenguaje, el lenguaje lógico, porque el objetivo de la filosofía es la clarificación lógica de los pensamientos. 

La lógica es el lenguaje del mundo, en la medida en que los hechos, que son los que componen el mundo, son referidos en las proposiciones lógicas y estas son elaboradas por nuestros pensamientos, es decir, nuestro lenguaje puede ser estructurado lógicamente y así elaborar conjunto de reglas y leyes fundamentales para todo razonamiento y no caer en absurdos. En consecuencia, la filosofía viene a ser una actividad descriptiva, no transforma la realidad, solo analiza nuestra forma de hablar del mundo.



Entre los autores más significativos de la filosofía analítica cabe citar, además de Russell a Wittgenstein, Frege, Carnap y Popper. 

LA VIDA ES UN FUGAZ MOMENTO PRESENTE, PERDIDO PARA SIEMPRE.

La obra fundamental de Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación,  escrita cuando el autor contaba veintitantos años, fue publi...